- Elizabeth Taylor supo administrar su Capital Erótico en cada etapa de su vida adulta -
Ser sensual no es muy bien visto en nosotras las mujeres.
Si somos demasiado provocadoras se nos tilda de - y no me gusta escribir esta palabra- putas. Muchas han escuchado esta palabra desde su adolescencia, incluso antes de ser sexualmente activas, dentro de su propio entorno familiar, y esto es terrible.
Cuando crecemos vivimos una paradoja, queremos ser sensuales, pero nosotras mismas hablamos mal de las mujeres que lo son demasiado y decimos que son: superficiales, vacías, vanidosas, plásticas...putas. Y no te sientas mal por hacerlo, todas hemos sido socializadas así, estamos condicionadas. Pareciera que nuestro imaginario de arquetipos femeninos se debate entre ser La Tentadora Eva, portadora del pecado, y la Virgen María, portadora de la virtud.
En el momento que somos adultas es difícil encontrar el tan evasivo punto medio en la sensualidad - #TodoEnExcesoEsMalo - y suceden dos cosas, o no volvemos tan recatadas que nos cuesta un mundo conectar con lo sensual y con nuestro cuerpo, o nos volvemos provocadoras y nos acostumbramos a que nos llamen, de vez en cuando...puta.
Yo creo que existe otra manera de ser sensual sin estridencias y sin pasar desapercibida. Se trata de administrar de tu Capital Erótico, y te preguntarás...capital suena como a ahorros? Si, se trata de esa cuota de sensualidad que te viene de fábrica, y que se va puliendo en la adultez, es ese yo no sé que, que nos hace atractivos en nuestros propios términos. La socióloga Catherine Hakim fue quien acuñó por primera vez este término el cual define como un atractivo personal y social en el cual se conjugan elementos como belleza, sensualidad, vitalidad, vestirse bien, encanto y don de gentes. Aquí te presento en detalle sus componentes:
Para activar tu capital erótico no debes ser parte de los cánones de belleza imperantes. El concepto francés de belle laide describe a una mujer que se vuelve atractiva gracias al acierto con que cuida su imagen y su estilo. Adueñarse de su cuerpo y cuidar de el, mejorar la postura, llevar colores y formas favorecedoras, elegir un corte de pelo y una ropa adecuados, son cambios que pueden conformar un look completamente nuevo. Mucha mujeres no hacen este esfuerzo. La gran belleza siempre escasea, y se valora en todas partes.
El segundo elemento es el atractivo sexual, que no viene solo del cuerpo, también nace de la personalidad y el estilo, de la manera de estar en el mundo, y de
relacionarse socialmente, de moverse, de hablar y de actuar. A pesar de las variantes en el gusto personal, el sex-appeal escasea, y por consiguiente se
valora en todas partes.
El tercer elemento del capital erótico es claramente social:
la gracia, el encanto, el don de gentes, la facultad de caer bien y hacer que
los demás estén a gusto, contentos, con ganas de conocerte y hasta de desearte. Se trata de ser coqueta sin ser lanzada y eso se logra estando a gusto en tu propia piel.
El cuarto elemento es la vitalidad, que mezcla la buena forma
física, energía social y buen humor. Las personas muy vitales pueden tener un
atractivo enorme para los demás, como los deportistas y atletas.
El quinto elemento tiene que ver con la presentación social:
el modo de vestir, y de arreglarse de acuerdo a la ocasión, evitando la obviedad y la exageración, es preferible ser elegante que vulgar, y al momento de enseñar dejar siempre algo a la imaginación.
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