La caricia es una demostración emocional que consiste en rozar suavemente con la mano el cuerpo...es un halago, un agasajo para el tacto que expresa sensualidad. Este término apareció en el castellano durante el segundo cuarto del siglo XVI, tomado del italiano carezza, o más exactamente de su variante del sur carizze, que a su vez deriva de caro, que significa querido.
Las caricias son indispensables para reconocer y explorar gradualmente el cuerpo del otro, para despertar y reavivar la sensibilidad corporal proporcionando seguridad emocional y afectiva en la pareja...y no sólo las manos, sino todo el cuerpo, puede convertirse en transmisor de ternura y placer.
Nuestra capacidad para acariciar deriva de nuestros antepasados genéticos, los primates, quienes la descubrieron al comenzar a caminar en dos patas. Los psicológos Harry y Margaret Harlow de la Universidad de Wisconsin comprobaron que los monos criados en cautiverio, que no fueron tocados y acariciados en su infancia, al hacerse adultos no sabían cómo aparearse; esto indica la importancia de las caricias y cómo son un elemento afectivo por excelencia, que se aprende desde muy temprana edad y se integra a la sexualidad adulta.
Menú de caricias para parejas
La piel es el órgano más extenso y sus receptores sensitivos la convierten en una zona erógena en todos sus rincones. Su superficie sólo distingue tres sensaciones básicas: toque ligero, toque profundo y temperatura - y la miríada de combinaciones entre estas tres.
El toque ligero es superficial, imagina recorrer suavemente la superficie con tus dedos o pasar una pluma, mientras que el toque profundo se trata de presión, como cuando abrazamos con fuerza o apretamos poco a poco.
¿Cómo utilizar estos tipos de toque a nuestro favor? Pues combinándolos: rascando, recorriendo, acariciando toda la orografía corporal de tu pareja y estando atento a sus gustos, ya que cada persona tiene preferencias distintas...hay caricias que pueden parecer deliciosas y excitantes para uno, mientras que son molestas para otro, y para otro pueden causas cosquillas...así que acariciar es una forma de comunicarse sin hablar.
Otro aspecto a considerar es la temperatura. Unas manos cálidas, un hielo...la imaginación no tiene límites para incorporar este ingrediente, pero siempre recordando que todo en exceso es malo y atendiendo a los gustos y preferencias de tu pareja.
Velocidad y ritmo ayudan a integrar, como si de una partitura se tratara, esta sinfonía de caricias placenteras. Caricias lentas como la lava que se derrite o una ráfaga de caricias rápidas, mientras que el ritmo prepara a tu pareja para la espera, creando anticipación...o no, porque un cambio inesperado de rápido a lento, o de ligero a profundo, despierta sensaciones intensas e inesperadas.
Aplica estos consejos creando magia con tus caricias para conectar, el afecto con la piel, eso es disfrutar en Sexo y Alma!
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