La protectora mamá gorila, la leona que reina en la selva, la gatita juguetona...esos maravillosos animales femeninos que también son nuestro género en otras especies evidencian lo sabia que es la naturaleza. Con el ritmo trepidante de la vida moderna e hiperconectada es paradójico cuan desconectadas estamos de la sabiduría primitiva que mora en nuestro ser.
Con años de estudio en la materia, y con una curiosidad intelectual que me ha llevado a leer y analizar cómo se nos representa a las mujeres, los estereotipos que nos etiquetan y los condicionamientos que nos amarran, nunca había reparado en esta gran verdad. Es un hecho que tanto análisis no es bueno, porque como siempre afirmo, Todo en Exceso es Malo, y el trabajo interno, ese que debe ser hecho desde el alma y con el corazón desnudo, permanece en los últimos lugares de la lista de prioridades, y se va relegando por la consabida y manida excusa de la falta de tiempo, que ciertamente encubre algo de miedo a mirarse en el espejo, a confortarse con el propio yo.
Lo cierto es que ser mujer en el siglo XXI es diferente a serlo en los anteriores, pero ayuda a la experiencia de empoderamiento el recordar a nuestro linaje de mujeres salvajes, esa sabiduría ancestral de las congéneres de las cavernas que parían sin hospitales y cazaban sin miramientos, que criaban a sus hijos en las cuevas, porque ellas jamás dudaron de su poder, de su conexión con la divinidad - deidades también femeninas, Diosas - de su inteligencia y de su belleza en estado puro. Estas mujeres no se preguntaban si eran suficientemente hermosas, o fuertes, o poderosas, no se medían y se pesaban, comían lo que su cuerpo necesitaban, no tenían complejos, escuchaban su voz interior, no sabían dudar, actuaban con convicción y certeza, eran suficiente en todo sentido, no se comparaban con otras, eran mujeres libres.
Esta conexión con esa esencia femenina animal y primitiva la descubrí a traves del trabajo que he hecho con la coach de salud Jena La Flamme, en su programa de motivación en línea El Camino del Placer - el cual recomiendo - . Ella es además la autora del libro Pérdida de Peso Placentera (En inglés).
Ahora te invito a hacer una meditación sobre tu Animal Femenino interno, cierra los ojos, respira profundo y visualiza con cuál o cuáles te identificas. Es un gran ejercicio, porque ese arquetipo cambia, hay días que puedes ser una Yegua Indómita, otros una Tímida Tortuga, la idea es apropiarte de ese bosque interno, tomar el espacio, correr sin miedos, bailar, ser tú, ser creativa, romper los condicionamientos, disfrutar el paisaje, sanar los traumas de la infancia, deslastrarse de esos recuerdos del pasado que son ataduras de la mente, vivir el hoy, y por qué no, ser un poco más salvaje.
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