Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) aproximadamente un tercio de los cánceres se pueden prevenir, mejorando los hábitos de vida. A continuación te digo cómo
1.- Deja de fumar
El tabaquismo es el factor de riesgo evitable que por sí
solo provoca más muertes por cáncer en todo el mundo, aproximadamente el 22% de las muertes anuales por esa causa. En 2004 se
atribuyeron al tabaquismo 1,6 millones de los 7,4 millones de muertes por
cáncer.
El humo de tabaco provoca muchos tipos de cáncer distintos: pulmón, esófago, laringe (cuerdas vocales), boca, garganta, riñón,
vejiga, páncreas, estómago y cuello del útero. Alrededor del 70% de la carga de
cáncer de pulmón puede atribuirse al tabaquismo como única causa. Se ha
demostrado que el humo de segunda mano causa cáncer de
pulmón en adultos no fumadores. El tabaco sin humo - en forma de productos de
tabaco orales, tabaco de mascar o en polvo- provoca cáncer de boca, esófago y
páncreas.
2.- Cuida tu alimentación, haz ejercicio y evita el sobrepeso
Existe una relación entre el sobrepeso y la
obesidad y muchos tipos de cáncer, como el de esófago, colon y
recto, mama, endometrio y riñón. Las dietas ricas en frutas y
hortalizas pueden tener un efecto de protección contra muchas variedades de cáncer.
El consumo excesivo de carnes rojas y en
conserva puede estar asociado a un mayor riesgo de contraer cáncer colorrectal. Por otra parte, hábitos alimentarios saludables que previenen el desarrollo de
tipos de cáncer asociados contribuyen también a reducir
el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Una actividad física regular y el mantenimiento de un peso corporal
saludable, junto a una dieta sana, reducirán considerablemente el riesgo de
contraer cáncer. Adoptar un estilo de vida saludable depende de tí.
3.- Controla el consumo de alcohol
El consumo de alcohol es un factor de riesgo para muchos
tipos de cáncer, como los de boca, faringe, laringe, esófago, hígado, colon y
recto, y mama. El riesgo de cáncer aumenta con la cantidad de alcohol
consumida. El riesgo que supone beber en exceso para varios tipos de cáncer - como los de la cavidad bucal, faringe, laringe y esófago- aumenta notablemente
si el bebedor también es un fumador empedernido.
4.- Evita las infecciones
Los agentes infecciosos son la causa de casi el 22% de las
muertes por cáncer en los países en desarrollo y el 6% en los países
industrializados. Las hepatitis virales B y C provocan cáncer de hígado y la
infección por el virus del papiloma humano, cáncer del cuello del útero; la
bacteria Helicobacter pylori aumenta el riesgo de cáncer de estómago.
En algunos países, la esquistosomiasis parasitaria aumenta
el riesgo de contraer cáncer de vejiga; en otros, el trematodo del hígado
aumenta el riesgo de colangiocarcinoma de las vías biliares. Entre las medidas
preventivas destacan la vacunación y la prevención de infecciones.
5.- Alerta con la contaminación ambiental
La contaminación ambiental del aire, el agua y el suelo por
productos químicos carcinógenos causa entre el 1% y el 4% de todos los casos de
cáncer (CIIC/OMS, 2003). La exposición a productos químicos carcinógenos
presentes en el ambiente puede producirse a través del consumo de agua o de la
contaminación ambiental y en espacios cerrados.
La exposición a agentes carcinógenos también puede
producirse a través de alimentos contaminados por sustancias químicas, como las
aflatoxinas o las dioxinas. La contaminación del aire de interiores causada por
fuegos de carbón duplica el riesgo de cáncer de pulmón, especialmente entre las
mujeres no fumadoras (Smith, Mehta y Feuz, 2004). En todo el mundo, la
contaminación del aire de interiores por fuegos de carbón domésticos causa
aproximadamente el 1,5% de todas las muertes por cáncer.
6.- Cuidado con los carcinógenos ocupacionales
Más de 40 agentes, mezclas y circunstancias de exposición en
el ambiente laboral son cancerígenos para el hombre y están clasificados como
carcinógenos ocupacionales (Siemiatycki et al., 2004). La relación causal entre
los carcinógenos ocupacionales y el cáncer de pulmón, vejiga, laringe y piel,
la leucemia y el cáncer nasofaríngeo está bien documentada. El mesotelioma
(cáncer del revestimiento exterior del pulmón o de la cavidad torácica) está
determinado en gran medida por la exposición al amianto por razones laborales.
Los cánceres de origen laboral se concentran en determinados
grupos de la población activa, para los que el riesgo de desarrollar una forma
particular de cáncer puede ser mucho mayor que para el resto de la población.
Aproximadamente entre el 20% y el 30% de los hombres y entre el 5% y el 20% de
las mujeres en edad de trabajar (es decir, de 15 a 64 años) pueden haber estado
expuestos a carcinógenos pulmonares durante su vida laboral, lo que representa
alrededor del 10% de los casos de cáncer de pulmón en todo el mundo. En torno
al 2% de los casos de leucemia en todo el mundo pueden atribuirse a la
exposición en el lugar de trabajo.
7.- Evita la exposición a radiaciones
Las radiaciones ionizantes son carcinogénicas para el
hombre. Los conocimientos disponibles sobre los riesgos que comportan las
radiaciones proceden principalmente de estudios epidemiológicos sobre los
sobrevivientes japoneses a la bomba atómica, así como de estudios de cohortes
expuestas a radiaciones médicas y en el ambiente de trabajo. Las radiaciones
ionizantes pueden provocar leucemia y varios tumores sólidos, y los riesgos son
mayores cuanto más joven es la persona expuesta.
Se calcula que la exposición residencial al gas radón que
emana del suelo y de los materiales de construcción causa entre el 3% y el 14%
de todos los casos de cáncer de pulmón, lo que la convierte en la segunda causa
más importante de ese tipo de cáncer después del humo del tabaco. Los niveles
de radón en el hogar pueden reducirse mejorando la ventilación y sellando los
pisos y paredes. Las radiaciones ionizantes son un instrumento indispensable de
diagnóstico y terapia. Para garantizar que los efectos benéficos de las
radiaciones superen los posibles riesgos, los procedimientos radiológicos
médicos deben prescribirse en los casos oportunos y realizarse correctamente,
para reducir dosis de radiación innecesarias, especialmente en los niños.
Las radiaciones ultravioleta (UV), y en particular las solares, son
carcinógenas para el ser humano y provocan todos los principales tipos de
cáncer de piel, como el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el
melanoma. En 2000 se diagnosticaron en el mundo más de 200.000 casos de
melanoma y se produjeron 65.000 muertes asociadas a este tipo de cáncer. Evitar
la exposición excesiva y utilizar filtro solar y ropa de protección son medidas
preventivas eficaces. Actualmente los aparatos de bronceado que emiten rayos
ultravioleta están clasificados como carcinógenos para el ser humano por su
asociación con los cánceres oculares y de piel melanocíticos.
Las siguientes recomendaciones previenen el cáncer a diario:
- Mantente en tu rango de peso ideal.
- Haz entre 30 y 60 minutos de actividad física moderada diariamente, como caminar.
- Evita las bebidas endulzadas como los refrescos, jugos y tés pasteurizados y la comida rápida.
- Si eres madre, amamanta por lo menos 6 meses.
- No comas más de medio kilo de carne roja por semana y evita las carnes procesadas.
- Limita la ingesta de bebidas alcohólicas a una medida diaria, en las mujeres, y a dos, en los varones.
- Come 5 porciones diarias de frutas y hortalizas.
- Limita el consumo de sal a 6 gramos diarios; evita ingerirla como conservante. Los enlatados contienen sal oculta.
- Usa protector solar a diario, la luz blanca de monitores y oficinas también afecta tu piel.
- Si eres sobreviviente de cáncer, sigue recomendaciones nutricionales de un profesional, realiza actividad física y mantén un peso adecuado.
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